Tiburón ballena: características, medidas, alimentación, y mucho más

El tiburón ballena es el pez más grande del mundo, y el preferido de muchas personas, por su comportamiento amistoso.

Quienes han tenido la fortuna de nadar junto a este hermoso animal pez ballena, aseguran que tiene una personalidad afable, y que poco o nada les perturba a su alrededor.

Tiburón ballena

Este animal pertenece a una subclase de pez cartilagionoso, que según algunos científicos habita en la tierra desde hace más de 60 millones de años.

Su nombre científico responde a Rhincodon typus, porque es el único miembro de la familia Rhincondontidae, y del género Rhincodon. Él es el pez más grande del mundo, y habita en aguas tropicales y subtropicales.

El primer espécimen de tiburón ballena que se documentó, medía cuatro metros y medio de largo; este fue arponeado y capturado en las costas de Sudáfrica en 1828, para ser vendido por seis Euros.

El holotipo de este animal se puede apreciar en el Museo de Historia Natural de París. En el año de 1849, se dio a conocer una descripción más detallada de esta especie, y se le asignó el nombre de tiburón ballena debido a su fisiología; puesto que se trataba de un tiburón, pero con el tamaño de una ballena.

En Vietnam, se le considera a este pez como una deidad, y le llaman “Ca Ong”, que quiere decir Señor Pez. Este también se le conoce como pez dominó, pez dámero, o pez dama, por su similitud con los juegos de mesa.

Principales característica del tiburón ballena

Este pez tiene una particular característica que lo distingue entre otros tiburones, y es su hermosa piel de lunares y líneas de color blanco, que puede medir hasta diez (10) centímetros de grosor.  Lo más sorprendente, es que cada individuo tiene un patrón único e irrepetible de manchas, como las huellas digitales del ser humano.

Esto hace un poco más fácil el trabajo de identificar a uno de otro, aunque sigue siendo un arduo trabajo.

Generalmente, el tiburón ballena tiene una longitud de nueve metros con setecientos centímetros, y un peso aproximado de nueve toneladas; sin embargo, se han observado ejemplares de más de doce metros y veintidós toneladas.

Este tiburón tiene una boca ancha, que puede abrirse a un metro y medio; y en su interior posee entre trescientas o trescientas cincuenta filas de dientes, y diez pares de almohadillas con las que filtra su comida.

Tiene una mandíbula que mide hasta un metro y medio de largo, la cual está conformada por pequeños dientes; y en la parte posterior de sus ojos, están los espiráculos, que es la característica que le adjudica el nombre de ballena sin serlo en su totalidad.

Solamente la cola del tiburón ballena puede medir dos metros y medio de longitud, y sólo cuando son adultos, toman la forma característica de media luna que los distingue; pero a pesar de tener esta gran cola, no son buenos nadadores, porque sólo alcanzan una velocidad constante de cinco kilómetros por hora.

El tiburón ballena puede vivir sólo, y también en grupos formados por más de cien ejemplares; además que pueden convivir sin ningún problema con otras agrupaciones de peces y mantarrayas.

Posee un agudo sentido del olfato, ya que pueden detectar productos químicos en el agua; y un excelente oído que les permite escuchar cuando se acercan botes con motores, lo que les permite sumergirse a una gran profundidad, para no ser lastimados por estos.

Además de ello, los tiburones ballena pueden percibir sonido de baja frecuencia, que otras especies no consiguen identificar.

El tiburón ballena posee un vientre blanco en su totalidad, mientras que su dorso es de un color grisáceo, pero más oscuro que los otros tiburones; y sus característicos lunares y líneas verticales son de color blanco o amarillento, dispuestos de tal forma, que asemeja a un tablero de ajedrez. Por eso le llaman comúnmente pez dominó, o pez dama.

Tiene una cabeza ancha y aplanada, y en los laterales de esta están situados dos pequeños ojos; y en el frente su enorme boca que puede medir un metro y medio de ancho de capacidad

Su cabeza es ancha y aplanada, y en sus laterales se sitúan dos pequeños ojos, detrás de los cuales están los espiráculos. Su enorme boca puede llegar a medir 1,5 metros de ancho, lo que le da una capacidad de albergar hasta una foca que nade de costado.

También posee cinco pares de branquias, con unas enormes hendiduras; un par de aletas dorsales y poderosas aletas pectorales. Cuando el tiburón ballena es joven, la aleta superior de su cola es más grande que la aleta inferior; pero cuando llegan a la adultez  su cola también tomará la forma de media luna.

Medidas generales del tiburón ballena

Como ya mencionamos anteriormente, este es el pez de mayor tamaño que existe en el mundo, pero incluso podría medir aún más de lo que se pensaba, ya que estudios recientes realizados por la Universidad de Queenslan en Australia, creó un nuevo método de medición que lo demuestra.

El tiburon ballena gigante más grande del que se tiene registro, es uno capturado en el año 1947 en la isla de Baba en Karachi, Pakistán. Este medía doce metros y seiscientos cincuenta centímetros de largo, y pesaba casi veintidós toneladas.

No obstante, abundan las historias que hablan acerca de tiburones ballena más grandes que este, en donde se relatan longitudes por encima de los dieciocho metros, que forman parte de la literatura popular.

No existen pruebas científicas que sustenten la existencia de ninguna de estas historias.

El botánico Edward Perceval Wright, sostiene que en el año 1868, mientras veraneaba en las islas Seychelles, avistó algunos especímenes de tiburón ballena, de más de quince metros de longitud, y otros más grandes, que sobrepasaban los veintiún metros de largo.

En otra publicación del año 1925, se describe a un tiburón ballena de enormes proporciones atrapado en una trampa para peces de bambú en Tailandia en 1919. Este era demasiado pesado como para desembarcarlo, por lo que se estimó que su longitud era de al menos diecisiete metros, y que pesaba no menos de treinta y siete toneladas.

Obviamente se exageraron estas cifras, por lo que más tarde se confirmó que en realidad medía  diecisiete metros con noventa y ocho centímetros, y pesaba cuarenta y tres toneladas.

Para el año 1934 un barco de nombre Maurgauni, relató que golpeó a una ballena en el sur del océano Pacífico, la cual medía casi diecisiete metros de largo, pero no se documentó de ninguna manera esta información, por lo que no se tiene como una información fiable.

Gracias a los estudios realizados por la Universidad de Queesland, las cosas han cambiado un poco. Este tiburón ballena, aunque es el más grande del mundo, aún sigue siendo desconocido para los científicos e investigadores.

Como la población del tiburón ballena ha sido objeto durante un largo tiempo para la pesca, se desconoce el estado de ésta; y se le considera una especie vulnerable, por lo que está prohibida su caza y comercialización.

Hasta el día de hoy, las mediciones se realizaban a partir de fotografías, estimando la posible largura del animal. Pero ahora se ha puesto en marcha un novedoso métodos que podría ayuda a conocer un poco más sobre la biología de esta especie.

Esta es una técnica que se basa en el uso de láseres posicionados a cincuenta centímetros de las cámaras; en donde, la distancia proyectada por estos, fija la escala de medición. De esta manera, una vez que se ha realizado la foto, se puede determinar con exactitud la longitud de estos animales.

Gracias a este sistema de medición, se ha observado que estos peces podrían medir cincuenta centímetros más de lo que se creía; y se puede hacer la medición de otras especies, para conocer mejor su ciclo de vida.

Es realmente importante contar con este sistema de medición, porque como ya hemos podido notar, la mayoría de las personas tienden a exagerar sobre el tamaño real, no solo del tiburón ballena, sino también de otras especies.

Es común escuchar que se han avistado pulpos, y calamares gigantescos, así como el famoso tiburón blanco, del que se suele especular con mucha más frecuencia que otros de su especie.

Alimentación del tiburón ballena

Cualquiera que ve el tamaño y peso del tiburón ballena, se puede imaginar que come más que el tiburón blanco, y que es también un devorador de todo cuanto se le atraviese en su camino; pero se está muy lejos de la realidad, con este tipo de creencia.

Hay tres especies de tiburón que se alimentan a través de la filtración, siendo el tiburón ballena uno de ellos. Esto lo logra abriendo su mandíbula, para poder alimentarse, entra una gran cantidad de agua que es absorbida, para luego ser expulsada a través de un filtro que se encuentra ubicado en las branquias, lo que le permite almacenar luego el alimento.

En el caso en que cualquier cosa quede atrapado en sus branquias, el tiburón ballena recurre a algo parecido a la tos, para eliminar cualquier tipo de obstrucción. Generalmente se alimenta de plancton, anchoas, medusas, larvas de peces, fitoplancton, corales, krill, algas, calamares, larvas de cangrejo, sardinas, caballas, y atún.

Aunque este tiburón ballena tiene una gran cantidad de dientes de reducido tamaño, no los emplea para morder; ya que succiona el agua, y la filtrarla el plancton se queda atrapado en los dentículos dermales.

Este es un mecanismo de filtración, previene el paso de fluidos entre las branquias, y todo lo que mida más de dos o tres milímetros de diámetro, es engullido inmediatamente.

Gracias a las señales olfativas, los tiburones ballena localizan peces o concentración de plancton; pero en lugar de tomar agua constantemente, este es capaz de bombearla a través de sus branquias, ya que puede absorber el agua a una velocidad de mil setecientos litros por segundo.

A diferencia de otros tiburones de su especie, este escualo no necesita avanzar mientras se alimenta; por lo que muy a menudo se le observa en posición vertical y moviéndose de arriba y abajo, a la vez que bombea y filtra el agua activamente.

El tiburón ballena se reúne en torno a los arrecifes de la costa caribeña de Belice, para complementar su dieta diaria con las huevas del pago cubera, las cuales son depositadas en las fases del plenilunio, y del cuarto creciente, así como del cuarto menguante de la luna.

Segun el Nature Conservatory, estos tiburones ballena suelen esperar hasta catorce horas para que los peces desoven en los arrecifes, para luego lanzarse en picada para comer el delicioso banquete que representa para ellos.

Reproducción del tiburon ballena

El comportamiento del tiburón ballena es generalmente solitario, y es muy extraño que realice grandes desplazamientos. Sin embargo, un nuevo estudio podría aportar impresionantes pruebas  sobre estos fantásticos animales.

En el año de 1995, se dio captura a un ejemplar hembra de tiburón ballena, en las costas de Taiwan, descubriendo que en su vientre convivían la inesperada cantidad de trescientos cuatro (304) embriones.

Lo que causó más asombro a los científicos en ese momento, fue que los cientos de tiburon ballena bebes se encontraban en diferentes etapas de desarrollo; en donde habían unos que se encontraban en el huevo, mientras que habían otros que ya estaban casi totalmente desarrollados.

También se demostró con este estudio, que veintinueve de los embriones eran de un mismo padre, gracias a la investigación de la bióloga Jennifer Schmidt de la Universidad de Ilinois, en Chicago, en los Estados Unidos.

Esta bióloga también desarrollo marcadores genéticos de ADN con la finalidad de estudiar la población del tiburón ballena; y fue de este estudió que se conoció la sorpresa de la paternidad de los embriones, cosa que causó un gran asombro en la comunidad científica.

Esto es porque embriones en diferentes etapas de desarrollo tienen el mismo padre, siendo esto algo inusual entre los animales; lo que sugiere, que las hembras de tiburón ballena almacenan esperma de un único encuentro, y los van fertilizando a través del tiempo.

Los hábitos reproductivos del tiburón ballena no están muy claros, porque se han descartado varias hipótesis. Por ejemplo, en el año 1910, se observó una hembra que tenía dieciséis huevos en uno de sus oviductos, por lo que se dedujo erróneamente, que los tiburones ballena eran vivíparos.

Más tarde, en el año 1956, se tuvo la oportunidad de estudiar un huevo en la costa de México, en donde se indicó que los tiburones ballena eran seres ovíparos; pero en 1996 se demostró que en realidad, son seres ovovivíparos. Esto quiere decir, que las crías salen del huevo en el interior de su madre, que luego les da  a luz vivos.

Los tiburones ballena recién nacidos suelen medir entre cuarenta y sesenta centímetros de largo, y se sabe muy poco sobre ellos, ya que las madres son muy celosas, y se dejan ver en muy pocas ocasiones.

Por esta razón, no se han realizado suficientes estudios morfométricos, y se desconoce por completo su tasa de crecimiento, por lo que se cree, que alcanzan la madurez sexual cerca de los treinta años de edad, y pueden vivir una media de cien años.

Hábitat  y distribución del tiburón ballena

Los tiburones ballena viven en los océanos y mares cálidos por preferencia, cerca de los trópicos; sin embargo, se han observado ejemplares de esta especie en aguas frías, como la costa de Nueva York.

Se cree que los tiburones ballena son peces pelágicos, es decir, que viven en aguas medias, o cerca de la superficie del mar, aunque en ciertas temporadas migran grandes distancias hacia zonas costeras como Ningaloo Reef en Australia Occidental, o Utila en Honduras.

También se han avistado tiburones ballena en Donsol y Batangas en Filipinas, en la isla de Holbox en el estado de Quintana Roo, y las penínsulas de Yucatán y Baja California en México, Y en Ocumare de la Costa en el estado Aragua de Venezuela, entre otras localidades.

Lo más frecuente es encortar el tiburón ballena en mar adentro, pero también se puede avistar cerca de la costa, entrando en lagunas o atolones de coral, y muy cerca de las desembocaduras de los ríos.

Este animal suele permanecer dentro de los treinta grados de latitud, y a una profundidad más o menos constante de setecientos metros; aunque los machos pueden encontrarse en lugares mucho más dispares, mientras que las hembras siempre permanecen en sitios más concretos.

El setenta y cinco por ciento de los tiburones ballena se encuentra en los océanos Índico y Pacífico, que es en donde viven los tiburones más conocidos del mundo; mientras que el otro veinticinco por ciento habita en el océano Atlántico, según los datos suministrados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

En cautiverio

Lamentablemente, los tiburones ballena también forman parte del espectáculo que personas inescrupulosas realizan con la finalidad de “preservarlos”, según ellos; pero más bien es para enriquecerse a costas del presidio de estos animales.

Por ejemplo, esta es la principal atracción del Acuario Kaiyukan, en Osaka, Japón, y desde el año 2005, se están estudiando tres ejemplares que viven en cautiverio en el Acuario Churaumi del mismo país.

En los Estados Unidos, específicamente en el Acuario de Georgia, en Atlanta, viven en cautiverio dos parejas de tiburón ballena, que son la principal atracción de este centro. Pero ya dos macho murieron en cautividad.

Los responsables de los acuarios sostienen que se mantienen en cautiverio estas especies, con el único objetivo de estudiar la reproducción de estos animales en cautiverio; pero la pregunta es, si una vez que se reproduzcan, ¿podrán lograr la libertad?. Y si nunca llegan a lograrlo, ¿serán cautivas hasta que mueran?

En cuanto a la migración de los tiburones ballena

Gracias a estudios realizados, se ha podido comprobar que esta especie no tiene patrones establecidos para un proceso de migración. Se sabe que el veinte por ciento de los tiburones ballena jóvenes que habita en el Golfo de California, está distribuido entre las bahías de los Ángeles, y la Paz.

Para ello deben recorrer entre dos mil, y cuatro mil novecientos kilómetros; pero estos ejemplares jóvenes, por lo general permanecen en el Golfo de California, no solo para protegerse de los depredadores, sino también, para conseguir su preciado alimento.

Por otra parte se sabe que los adultos generalmente viajan al sur, y las hembras que están preñadas dejan el golfo de California.

Según estudios realizados por National Gographic Society, se ha mapeado por vía satélite el patrón de migración de esta especie; en donde se ha podido observar que entre mayo y septiembre en una localidad al noreste de la península de Yucatán en México, suelen reunirse hasta ochocientos (800) ejemplares en un lugar que tiene una gran riqueza de plancton.

Se descubrió, que estos regresan hasta después de seis años al mismo sitio, y también hay ejemplares que lo han hecho durante varios años seguidos, para luego distribuirse en zonas aledañas a esta.

Son doce localidades en las que se ha producido el avistamiento; las cuales están ubicadas entre el oeste de Australia e Indonesia, hasta Belice. Sin embargo, esta no se puede comparar con la cantidad de tiburones ballena enclavada en el Caribe; aunque no se tiene conocimiento sobre la actividad que estas realizan durante la mitad más fría del año.

El tiburón ballena y su relación con el ser humano

Aunque esta especie posee un gran tamaño, no supone ningún tipo de peligro para las personas.

Al igual que los tiburones blancos, se ha ganado una mala fama inmerecida, ya que en realidad, suelen ser muy amistosos y juguetones con los buzos. Incluso se han contado testimonios de buzos que les han rascado la barriga, y les han liberado de restos de redes de pesca marina.

El tiburón ballena se puede observar con cierta facilidad  por buzos y turistas que van a bordo de lanchas en la península de Yucatán, también el la isla de Holbox, y en las islas Galápagos en Ecuador.

También en Filipinas, Tailandia, el mar Rojo, Isla de Navidad, de Australia Occidental, y en Mozambique y la bahía de Sodwana en Sudáfrica; siendo la mayoría de estos lugares, puntos centrales en la industria del ecoturismo.

La mayor concentración de esta especie se encuentra en Filipinas, produciéndose entre los meses de enero y mayo. Ellos suelen agruparse en costas poco profundas de Donsol, en la provincia de Sorsogon.

Se han documentado encuentros de buzos afortunados, que han podido disfrutar de los tiburones ballena en Puerto Rico, República Dominicana, y las islas Seychelles.

Regularmente suelen acompañarles peces como la rémora, y más recientemente han sido avistados en las proximidades de la isla Tenggol, que está situada en la costa oeste de Malasia Peninsular.

No es extraño verles por ahí de ahora en adelante, ya que ellos contienen varios arrecifes de coral que suelen ser frecuentados por los tiburones ballena.

Algunos datos curiosos del tiburón ballena

El Rhincodon typus es el pez más grande que existe en el planeta, superando ligeramente los doce metros de longitud.

Prefiere las aguas con superficie cálida, a aquellas que pueden tener una temperatura más fría, aunque son más ricas en nutrientes; puesto que estas condiciones favorecen el crecimiento del plancton, del cual se alimentan. Es por ello que aún siendo de aguas cálidas, se les puede avistar en aguas con bajas temperaturas.

Sus manchas son única e irrepetibles como la huella digital de los seres humanos. Estas no se modifican con el crecimiento, y han dado lugar a varios nombres comunes o vulgares.

Es una especie solitaria, aunque se le puede ver conviviendo incluso con cardúmenes de jureles, mantarrayas, e incluso otros tiburones ballena; y a diferencia de otras especies, no tienen rasgos comunes, con la excepción de su piel.

El tiburón ballena es muy dócil y gentil, aunque son un poco asustadizos, cuando se les aproximan las personas. Se cree que los tiburones ballena puedan llegar a vivir hasta los ciento cinco años.

Su distribución abarca todas las aguas, con la excepción del mar Mediterráneo.

Según una normativa oficial del estado de México, del año 2011, este precioso animal se encuentra bajo la categoría de amenazado, por lo que en la actualidad, se encuentra protegido por los organismos y leyes nacionales de este país. Esto regula la observación, caza y pesca del tiburón ballena, establecidos en la Ley General de Vida Silvestre.

Es realmente necesario que se tome conciencia con respeto a este hermoso animal, que muy pocos han tenido la fortuna de contemplar en su hábitat natural; y así mismo percatarse, que no representa ningún peligro para el ser humano.

Contrariamente, es el ser humano el que representa un peligro no sólo para esta, sino también para varias especies marinas, que por su comportamiento irresponsable se encuentran en peligro de extinción.

Ya que no han terminado de comprender, que extinción significa para siempre, que más nunca volverán a existir, y quienes no la vieron en persona, ni siquiera tendrán la oportunidad de verla nunca más.

Dios te bendiga.

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