Peces teleósteos: Aprende todo sobre la especie.

Los peces teleósteos son todos aquellos que se agrupan en las tres infraclases de los Teleostei, que a su vez pertenecen a la clase Actinopterygii. Estas categorías agrupan a la mayoría de los peces comunes, siendo peces de agua salada como peces de agua dulce, a la vez que pueden abarcar peces de agua fría y caliente. Presentan una estructura osificada parcial o completamente en su esqueleto.

Características de los peces teleósteos.

Generalmente su cuerpo tiene forma de huso, es decir, es ancha en su extremo craneal y a la vez deprimida lateralmente en la parte caudal. Con esta particular anatomía el pez consigue tener una mayor movilidad dentro del agua sin consumir mucha energía.

Otras formas de cuerpos que se pueden presentar en los peces teleósteos son la ovalada, serpentiforme como en el caso de las anguilas y congrios, aplanada dorsiventralmente como los lenguados y fletan o también conseguimos formas acentuadas como los que tienen los peces abisales y los caballitos de mar.

Su anatomía externa se puede dividir claramente en tres regiones, cabeza, tronco y cola. La cabeza se encuentra situada entre el extremo craneal de la boca y el borde del opérculo, que es un arco hioideo que cubre las branquias.

Puedes ver este vídeo y aprender más sobre las características de los peces.

Cuerpo de los peces teleósteos.

El tronco puede variar en longitud según la especie, pero generalmente se extiende desde el borde del opérculo hasta la vertical que atraviesa por el ano. En el tronco se encuentra una aleta dorsal en la parte superior, dos aletas pectorales y dos aletas pelvianas.

La cola es la última porción del cuerpo que cubre desde el ano hasta la aleta caudal. En esta parte están el pedúnculo caudal, que es la parte estrecha del cuerpo de los peces teleósteos que culmina con la cola. Esta parte es un musculo adiposo que juega un papel importante en los movimientos y motricidad de los animales. En la parte final de los peces teleósteos se encuentran ubicadas una o más aletas anales que habitualmente están situadas detrás del orificio anal.

Cada conjunto de aletas están adheridas al cuerpo de manera diferente. Las aletas pectorales y pelvianas están unidas por cinturones óseos; estos con el proceso evolutivo han evolucionado de tal manera en algunas especies que se ha unido con el cráneo y el tórax. Por otro lado, las aletas dorsal y anal tienen pequeños huesos incrustados en los septos intermusculares por el cual se sostienen. Por último la aleta caudal se sujeta mediante varias vertebras caudales que se fusionaron.

Cada aleta de igual manera, pueden ser espinosos o blandos. Los espinosos, que son parte del cuerpo de las especies más evolucionadas, son huesos comunes que le aportan la dureza. Mientras que los radios blandos, tienen dos componentes cutáneos que las forman y que se unen a la mitad.

La piel.

Todo el cuerpo está cubierto por un capa de piel que es la encargada de proteger de cualquier enfermedad o herida a los peces teleósteos. La misma está dividida en varias capas que le otorgan grosor y firmeza.

La primera capa la forma la epidermis, que esta revestida por una cutícula y es la parte más exterior de la piel. Luego se encuentra la dermis que es la capa desde donde nacen las escamas. La dermis descansa sobre la hipodermis que es una capa adiposa laxa encargada de unir la piel con las demás estructuras interiores.

Estructura de la dermis.

La cutícula de la dermis es muy fina, llegando a medir solo un micrómetro, es más compleja de lo que parece. Está integrada por mucopolisacáridos que son el resultado de la combinación tanto de material celular, células descamadas como mucus que es secretado a la superficie a través de células epidérmicas.

De igual manera esta cutícula de los peces teleósteos puede contener inmunoglobulinas muy específicas como ácidos grasos libres, lisozimas y algunas sustancias diferentes que son capaces de proteger a los ejemplares contra patógenos malignos. El mucus está presente en grandes cantidades en algunas especies para lograr que la piel sea menos permeable y que se pueda llevar a cabo exitosamente el proceso de osmosis.

El mucus también ayuda a proteger a los peces teleósteos contra la abrasión, disminuye la fuerza de rozamiento a su vez que reduce la acción de agentes irritantes por lo que su papel es fundamental contra hongos y bacterias. En algunas especies puede intervenir en la comunicación.

La dermis está compuesta por dos estratos, uno superficial que es el tejido conjuntivo encargado de darle color a la piel. El segundo estrato es más profundo que es básicamente una matriz de colágeno responsable que darle la fortaleza estructural a la piel. Es aquí donde se originan las escamas que después quedan recubiertas por la epidermis.

Estructura de la epidermis.

Esta capa de piel se compone de un epitelio escamoso con células Malpigio básicas. Estas estructuras son comunes en todos los peces teleósteos. También presentan células caliciformes que se encargan de segregar el mucus. Su grosor puede ir desde las 3 a las 20 células según la especie. Mientras menos escamas o en casos en que la piel no tenga escamas como en los peces cartilaginosos el grosor de esta capa es mayor.

Las escamas.

Como se dijo anteriormente estas se originan en la dermis de manera intrincada unas con otras y luego quedan recubiertas por la epidermis. Por lo general las escamas no están en la cabeza sino solo en el cuerpo.

Estas son placas flexibles calcificadas que pueden servir como un suplemento de calcio en caso de que el animal lo amerite. Presentan una cresta ósea exterior pero por dentro están hechas de un tejido conjuntivo que suele ser fibroso, que es colágeno. Esta última parte no está calcificada o en algunos casos solo una porción de ella lo está dependiendo de la especie.

Si se pierden las escamas pierden la epidermis teniendo problemas para la regulación de los fluidos corporales, o lo que es lo mismo para la regulación osmótica.

Los peces teleósteos pueden tener dos tipos de escamas; las escamas ctenoideas que generalmente están presentes en los peces teleósteos con radios espinosos. Estas tienen una forma particular que recuerda a un peine. También existen las escamas cicloideas que están presentes en los peces teleósteos con un radio blando. Estas tienen forma más o menos circular, lo que las hace diferente de las anteriores.

A pesar de ser diferentes se asemejan en que presentan un crecimiento continuo durante la vida del pez; por esta razón quedan marcadas con anillos en la superficie. Este patrón puede ayudar a determinar la edad del pez en muchos tipos de especies.

Los 5 sentidos.

En los peces teleósteos los receptores olfativos están limitados a las fosas nasales que se encuentran en la parte delantera de los peces.  El olfato es utilizado como un sentido de distancia que permite sentir la presencia de presas y depredadores cercanos a la vez que es utilizado en algunas especies para orientarse durante las migraciones.

Pero en el caso del sentido del gusto los botones gustativos no están restringidos solo a la boca y frecuentemente se pueden encontrar en la cabeza e incluso en el tórax. Las barbas de muchos peces teleósteos suelen ser botones gustativos especializados además de cumplir con la función de ser receptores térmicos y mecánicos.

A cada lado del cuerpo del pez suele existir una línea lateral media y otra dorsal. Estas líneas se unen en la cabeza, teniendo como función de un “super-oido” haciendo posible el captar pequeñas vibraciones en los alrededores siendo capaz el animal de ubicar objetos alejados o navegar en aguas oscuras. También le permite detectar presas y depredadores que se encuentran a la distancia. Como sistema auditivo clásico poseen un oído interno conformado por un laberinto.

Los ojos de los peces teleósteos suelen ser de forma redonda y con una estructura muy simple careciendo de parpados y glándulas lagrimales. Son capaces de ver solo a distancias cortas y de poca luz, por lo que han desarrollado mayormente otros sentidos para orientarse y percatarse de lo que pasa a su alrededor. Para enfocar la mirada en un punto, en vez de modificar la curvatura del cristalino, como hacen los ojos humanos, el pez lo hace acercando o separando el cristalino gracias al ligamento encargado de sostenerlo.

Respiración de los peces teleósteos.

Pese a lo que puede llegar a pensar las personas, los peces teleósteos si requieren de oxígeno para poder respirar, sin embargo este elemento está presente en el agua, aunque en una medida mucho menor que la que se puede encontrar en la superficie terrestre; el agua tiene aproximadamente 5 ml de oxigeno por litro.

Para poder aprovechar al máximo este elemento vital, los peces han desarrollado un sistema muy ingenioso de respiración que se basa en la presencia de branquias. Estas están situadas entre la boca y la faringe. Al abrir la boca los peces teleósteos dejan que el agua entre e inunde las branquias, las cuales a través de los vasos sanguíneos que están presentes son capaces de tomar el oxígeno y llevarlo hasta la sangre.

Generalmente los peces teleósteos tienen un órgano llamado opérculo, que recubre las branquias por la parte exterior del cuerpo. Este se cierra cuando la boca se abre, evitando que el agua salga nuevamente. Una vez la boca se cierra el opérculo se abre permitiendo que el líquido llegue a las branquias.

Pero existen algunos casos de peces teleósteos con un sistema diferente de respiración, como el atún. Este pez debe mantener la boca abierta por más tiempo para que el oxígeno que está presente en el agua llegue a la sangre. Este pez tiene en las branquias la sangre desoxigenada que se llenara de oxigeno mientras que el agua pasa por las membranas.

Lo más curioso de este sistema es que el intercambio de elementos y procesos se lleva a cabo a través de contracorrientes, es decir, el agua lleva una dirección mientras la sangre va en dirección opuesta; de esta forma se mejora el proceso y se puede utilizar de la misma manera para sacar desechos de la sangre al agua.

Con este vídeo podrás comprender mejor con es la respiración de los peces teleósteos.

El hábitat del pez influye en su reparación.

La temperatura del agua puede ser un factor relevante en la presencia de oxigeno que se pueda presentar. Cuando el agua es muy caliente hay menos cantidad de este importante elemento. Los peces teleósteos que necesitan mayor cantidad de oxígeno para sobrevivir están presentes en agua fría, mientras que los peces que habitan aguas calientes ameritan menos cantidad de oxígeno.

Por esta razón, cuando se decide tener un pez como mascota las condiciones del agua y su temperatura no debe tomarse a la ligera. Ya que el conocer el hábitat y los requerimientos de los animales puede juegan un papel fundamental en el desarrollo adecuado de las mascotas o puede conllevar a su muerte.

Anatomía interna.

Generalmente la mayoría de los peces teleósteos poseen vejiga natatoria, un derivado de pulmones ancestrales. Está situada en la parte anterior del intestino, debajo de la columna vertebral. Tiene forma de saco y está repleta con una mezcla entre oxígeno y nitrógeno previamente extraídos de la sangre, que le permite al pez mantenerse a la profundidad que desee sin que esto implique un esfuerzo extra.

Es característica de los peces teleósteos, ya que en peces bentónicos y de mares profundos puede estar reducida o incluso no estar en la anatomía.

En algunas especies de peces la vejiga natatoria está conectada con el tubo digestivo permitiéndole tomar gas de la superficie para poder llenarla y usarla. En otras especies este ducto neumático está ausente.

Además de la función general de permitir al pez sumergirse en el agua, en especies como bagres, carpas y pirañas este órgano cumple una tarea importante en la percepción de ondas sonoras, mediante la conexión con el oído por medio de una serie de huesos modificados en las vértebras que lleva por nombre aparato de Weber.

En peces como la corvina, la vejiga natatoria es también usada para producir sonidos.

Reproducción de los peces teleósteos.

Los peces teleósteos pueden tener diferentes tipos de apareamiento y reproducción según la especie del animal. Además en este proceso influyen, la temperatura del agua, la alimentación y algunos otros factores externos. Los peces pueden ser ovíparos, vivíparos u ovovivíparos.

Los peces ovíparos suelen soltar los huevos y los paquetes de espermatozoides directamente para que al cruzarse se fecunden por si solos. En algunos caso la densidad de los huevos son mayores y llegan hasta el fondo del agua, pero en otras ocasiones son livianas o con aceite para que floten.

Este tipo de pez puede proteger sus huevos en burbujas que se pegan a las plantas hasta que eclosionan, o pueden recolectar los huevos en sus bocas para protegerlos hasta que deban nacer. Este es el caso de los peces cirujano, el pez carpa y el pez aguja.

Los peces vivíparos son capaces de parir crías que están completamente formadas, ya que el proceso de incubación de los huevos se hace dentro de la hembra preñada, durante el proceso de maduración de las crías la madre proporciona los nutrientes necesarios para el desarrollo de las crías, proceso muy parecido al de los mamíferos.

Por último, en los peces ovovivíparos la fecundación se hace de manera interna, mediante la introducción del gonopodio del macho en la hembra, metiendo los huevos en ella, igual que en el caso de los vivíparos. La diferencia principal radica en que mientras las crías están en el vientre materno se nutrirán de un saco vitelino hasta el momento de salir. Para una segunda puesta la hembra no necesitara al macho ya que guardara esperma dentro de ella.

Generalmente estas especies de peces teleósteos tienen muchas crías en cada parto, aunque una vez nacen los alevines corren el riesgo de ser comidos por sus padres.

Estas especies resultan muy fáciles de mantener y son las favoritas de los aficionados a los acuarios, siendo las más populares los guppy y molly.

Alimentación de los peces teleósteos.

Debido a la cantidad de especies que se encuentran agrupadas en los peces teleósteos, es imposible determinar una sola tendencia de alimentación para todo el grupo.  Su alimentación es variada así como las presas que prefieren atrapar.

Carnívoros.

Pueden existir peces teleósteos carnívoros depredadores como el caso del pez bagre que se alimenta de otros peces más pequeños y hasta de animales terrestres como ranas y pequeños insectos que se posan en el agua.

También los peces teleósteos carnívoros que llevan una vida más ubicada al fondo de aguas poco profundas y por consiguiente se alimentan de pequeños gusanos, larvas de insectos, crustáceos, poliquetos o incluso de caracoles.

Suelen tener dientes afilados en forma de sierra que les ayuda a atrapar y tragar las presas enteras, aunque en muchos casos la trocean para una mejor digestión.

Generalmente tienen dos tipos de caza según la especie. Pueden usar la caza y persecución de sus presas; para este método el pez debe ser capaz de nadar rápidamente para asegurarse de conseguir a su presa, sin embargo muchas especies atacan a cardúmenes de peces más pequeños para asegurarse la comida.

Otro método muy utilizado es el del acecho, uso de señuelo y camuflaje para esperar que la víctima caiga y ser luego devorada.

Con este vídeo veras un claro ejemplo de un pez comiéndose a otro. Un aspecto a tener en cuenta si quieres un acuario comunitario.

Omnívoros.

Estos peces se caracterizan por comer tanto carne como plantas, siendo su dieta mucho más extensa y variada. Pueden ingerir insectos, larvas, gusanos así como plancton y pequeñas bacterias y animales microscópicos.

Estos peces suelen ser grandes oportunistas capaces de adaptarse al medio y a las circunstancias en las que viven. Pero se diferencian de los peces carnívoros por limitar su alimentación a pequeños invertebrados más no a comer otros peces.

Un pez guppy comiendo plátano.

Herbívoros.

Son aquellos que basan su dieta en plancton, vegetales, algas, microalgas y fitoplancton. La ingesta de su comida variara dependiendo de la profundidad a la que viva. Constituyen la base de la pirámide alimenticia en los peces ya que pueden servir de alimento para especies más grandes.

La peculiaridad más grande de estos peces es que pueden pasar todo el día comiendo, debido a la poca cantidad de nutrientes que consiguen de su comida; debido a esta constante ingesta su aparato digestivo se mantiene en funcionamiento todo el día.

Pero a pesar de que su dieta se constituye principalmente de plantas es difícil de hablar de peces herbívoros estrictos, ya que muchos intercalan la ingesta de hiervas con alimento animal.

Detritívoros.

Estos animales suelen llamarse también los limpiadores del agua, ya que su dieta se basa en materia orgánica en descomposición así como también en peces muertos que están en el fondo del agua.

Estos peces teleósteos son muy populares en el mundo de la acuariofilia por representar una ayuda significativa en la limpieza y mejoramiento del agua del tanque. Además de que suelen ser muy tranquilos y pacíficos llevándose bien casi con cualquier especie de pez.

Filtradores.

Otro gran grupo de peces teleósteos son capaces de comer gracias a la filtración del agua, ingiriendo zooplancton, de origen animal, o fitoplancton, de origen vegetal. Ya que es imposible para estos peces diferenciar entre uno y otro pueden ser considerados peces omnívoros.

Para llevar a cabo este proceso deben ingerir grandes cantidades de agua que luego serán filtradas para atrapar todos los organismos microscópicos que en ella habiten.

Un caso muy común de estos peces son las sardinas y boquerones. Estas especies tienen en las branquias unos órganos llamados branquispinas encargadas de formar un filtro en la que quede atrapado el alimento para llevarlo al esófago y poder digerirlo.

Sistema digestivo.

Está constituidos por una serie de órganos que cumplen funciones especificas y dependen uno de otros para llevar a cabo sus procesos.

Boca.

Algunas especies de peces teleósteos no presentan dientes, o en caso de tenerlos son pequeños. Pueden ser vomerianos, es decir, que están ubicados en el paladar superior o pueden ser maxilares, que están en la lengua o faringe cumpliendo una función trituradora.

Los dientes generalmente sirven más para capturar el alimento que para masticarlo y están más desarrollados en aquellos peces teleósteos que son carnívoros como el caso del dorado y la tararira. En estos casos la boca es de gran tamaño y terminal. No tienen glándulas salivales pero si mucosas.

En estos peces predadores la boca es terminal y de gran tamaño. No presentan glándulas salivales, si en cambio glándulas mucosas.

Faringe, esófago, estómago, intestino e hígado.

La faringe es generalmente un filtro, que evita que las partículas de agua lleguen a los delicados filamentos branquiales.

El esófago es el órgano que comunica la faringe directamente con el estómago. Es de paredes gruesas, lo que permite que pueda agrandarse en caso de que deba pasar una presa gruesa o una gran cantidad de alimento.

El estómago suele presentar una forma y tamaño diferente según la especie de los peces teleósteos. En el caso de los peces predadores y carnívoros, este órgano es amplio con paredes distensibles capaz de expandirse para facilitar la entrada de presas grandes. La salida al estómago está limitada por el píloro.

En peces teleósteos como el salmónido, el alimento que ingresa al estómago se desmenuza por la acción de ácidos, enzimas digestivas y por la acción trituradora de las paredes del estómago. Alrededor del mismo están localizadas una serie de estructuras que llevan por nombre ciegos pilóricos, estos están rodeados por tejido adiposo blanco. Su función es absorbente y neutralizadora de la acidez para crear un mayor espacio de digestión.

Las enzimas deben absorber las grasas, proteínas y azucares que después de haber atravesado la pared intestina son llevadas al hígado. El resto de los alimentos como fibras, caracoles y otros materiales innecesarios son evacuados con las heces.

El largo del intestino varía según el alimento que consuman los peces teleósteos, siendo más corto en los peces depredadores mientras que en los fitófagos o herbívoros es más largo. Además de esto puede variar el tiempo que pase la comía en los intestinos, abarcando desde unas pocas horas hasta días completos según la temperatura del agua. Mientras más caliente el agua más rápido es el metabolismo del pez.

El hígado puede intervenir en diferentes procesos metabólicos. Es blanco, con un color pardo rojizo, en algunos casos se puede presentar en color rosado crema, y es muy voluminoso. La vesícula biliar es bien desarrollada, siendo el colédoco el encargado de verter en la primera parte del intestino delgado la bilis para que emulsione las grasa y puedan ser atacadas por las lipasas pancreáticas más fácilmente.

Sistema excretor.

El órgano principal de este sistema es el riñón, una formación de color pardo negruzco que se extiende en la parte superior del abdomen abarcando desde la cabeza hasta el año en el lado ventral de la columna vertebral y el lado dorsal de la vejiga natatoria. Es el principal órgano filtrador del organismo, ya que filtra la sangre mediante glomérulos conduciéndola por conductos pares llamados uréteres, llevándola a la vejiga por encima del año.

El conducto de la vejiga a través de la abertura urogenital es la encargada de expulsar las ovas, eliminando así sustancias toxicas que se concentran excesivamente en el organismo.

Los peces teleósteos son capaces de excretar el 90% del nitrógeno convertido en amoniaco, mientras que solo el 10% es liberado en forma de urea. Para excretar el amoniaco se utilizan las branquias.

En casos de peces de agua dulce, donde el agua tiene una menor concentración de sal que el pez, el riñón se encarga de eliminar el exceso de agua en grandes cantidades de orina diluida, a la vez que las branquias recuperan las sales esenciales. En peces de agua saladas, la sal se elimina a través de las branquias, por lo que el riñón produce pequeñas cantidades de orina muy concentrada.

Existen casos de peces teleósteos como la trucha, que al principio el riñón es par para luego convertirse en impar en los ejemplares adultos.

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