Caracoles: Características, significados, tipos, veneno y más.

Los caracoles han resultado ser los más exitosos y también diversos de la familia Phylum Mollusca, en donde se incluyen animales como almejas, quitones, abulones, calamares y pulpos, dominando más del 50% de las 100 mil especies que existen.

Asimismo también han resultado dominantes en la clase gastrópoda, ya que forma parte de un clan que ha habitado los mares desde hace 600 millones de años, lográndose expandir a la gran cantidad de hábitat en los que actualmente habita.

Características del caracol.

Lo primero que hay que destacar es que está considerado un molusco por su estructura y la concha dura en la que habita.

Los moluscos son la mayor división primaria que constituye el reino Animalia y el grupo de invertebrados con más diversidad sobre el mundo. Esta familia incluye algunos organismos de siete clases diversas de invertebrados que aunque no tienen un parecido físico están relacionados. Entre ellos se pueden nombrar las conchas, caracoles, mejillones, pulpos y calamares.

En la cabeza posee entre dos y cuatro tentáculos o sensores, los cuales presentan un ojo en la punta de cada uno. Los ojos pueden ser simples ocelos que perciben claridad y oscuridad pero no imágenes definidas o pueden ser complejos ojos con lentes capaces de detectar visiones completas. Tienen branquias y agallas que les permite respirar y detectar la calidad del agua.

En vez de dientes en la boca, tienen una estructura denominada rádula que posee miles de pequeños dentículos, con los que pueden raspar las rocas para buscar el alimento.

Tienen estatocistos en su pie muscular que es el que está en contacto con el suelo. Este pie segrega un moco que además de permitirle sensibilidad hace que al arrastrarse haya una huella a su paso.

Pueden ser considerados animales de la realeza, pues tienen pigmentos de hemocianina en la sangre, lo que les otorga una coloración azul.

Según la especie también se observan diferentes espacios de longevidad. Algunos pueden vivir solo un año, mientras que existen otros ejemplares capaces de llegar a los 16 años.

Movimiento.

Los caracoles pueden moverse gracias a una serie de contracciones musculares ondulatorias que atraviesa la parte inferior de su cuerpo

Se desplazan con lentitud pues alternan contracciones y elongaciones del cuerpo generando pequeños movimientos. Al moverse producen mucus que lo ayuda en la locomoción pues reduce la fracción que se puede producir con el suelo.

Igualmente esta mucosidad ayuda a la regulación térmica del animal, reduce el riesgo de sufrir heridas y evita las agresiones externas de bacterias y hongos.

Parte interna.

Su cuerpo se encuentra dividido en cabeza, pies y masa visceral que está cubierto por un manto, que es un velo carnoso que en el borde tiene algunas células especializadas que se encargan de segregar de manera semi-liquida carbonato de calcio; al tener contacto con el agua o aire esta sustancia se endurece formando un caparazón tan duro que es su defensa contra los depredadores.

En la masa visceral se encuentran constituidos los órganos. Según la especie de caracoles se presentan la o las aurículas en una posición anterior al ventrículo, al igual que las branquias. Este fenómeno se debe a la torsión que sufren los caracoles cuando están en estadio larval.

Por esta misma razón, se destacan los cordones nerviosos viscerales de manera cruzada. Uno de ellos va desde el ganglio derecho al lado izquierdo pasando por la parte superior. El otro ganglio pasa del pleural izquierdo al lado derecho, por la parte baja del canal alimentario.

En la parte derecha del manto se encuentran el recto y el ano, mientras que en la parte izquierda esta una ctenidia y un ofradio.

Este animal presenta un sistema nervioso complejo que esta constituido por muchos ganglios interconectados denominados cefálicos, pedios, pleurales y viscerales.

La concha es su hogar y su defensa.

Los caracoles están caracterizados por su coraza, que generalmente tiene forma de espiral. Tiene un ápice que es la concha embrionaria, donde empieza a formarse la concha. Está formada por vueltas que tienen como eje al cuerpo o columela; la última de ellas tiene una abertura por donde sale el animal.

Este caparazón evoluciona a la par del caracol, por lo que esta adaptado para albergarlo en la parte interior. Además le permite al animal salir para alimentarse o retraerse dentro para resguardarse de algún depredador.

Está formado por tres capas. La más externa de nombre periostraco, que significa alrededor de. Es de piel córnea hecha principalmente por conquiolina, que es a su vez una combinación de proteína y polisacáridos. Estos compuestos sirven de protección para el ácido carbónico que está presente en el agua. Si ellos el agua sería capaz de disolver la concha.

Luego de esta sigue la capa media, denominada prismática. Está formada por cristales de calcita o aragonita; en esta parte se forman las ornamentaciones y el color característicos de la concha como las espinas, puntos y franjas.

En último lugar está la capa interna, también llamada nacarada. Esta es la que está en contacto directo con la piel del animal y recibe el nombre coloquial de concha nácar.

La mayoría de las especies de caracoles presentan una estructura anexa llamada opérculo; este se encarga de que la concha se cierre una vez el caracol se haya retraído dentro. Esta se crea a partir de un moco especial que producen los caracoles, se endurecen mientras están dentro y se destruye cuando salen. Puede tener formas y tamaños variables.

Aunque a medida que crecen se hacen más abundantes las vueltas de la espiral en el caparazón, es casi imposible determinar su edad basándose en ella. Esto es debido a que poseen un desarrollo diferente según la biología y especie. Además de que la temperatura del agua influye en este proceso, pues el agua fría no permite el desarrollo solo hace que los caracoles engrosen.

Composición de la concha.

La concha de los caracoles así como las cubiertas de los huevos están hechas principalmente de carbonato de calcio. Debido a esto necesitan tener un suministro constante de calcio para tener un caparazón fuerte.

En ambientes donde el calcio no es abundante o el pH alguna alteración, las conchas de los caracoles se pueden presentar finas, con rajas o agujeros que pueden resultar fatales para el animal y aunque es capaz de arreglar este daño, requiere un mejoramientos de su condición de vida para lograrlo.

Los caracoles que tienen una mejor adaptabilidad a los ambientes, pueden tragar piedras pequeñas o plantas con gran cantidad de calcio.

Lo más curioso es que cuando los caracoles mueren, su caparazón es aprovechado por los cangrejos ermitaños que buscan nuevos hogares a medida que crece.

Especies sin concha.

Existen algunos ejemplares que no cuentan con concha o que tienen solo un remanente interno; estos se consideran que cuentan con caracteres más especializados.

Según las necesidades de evolución y adaptación al ambiente que los rodea, hay algunas especies que se han modificado según las condiciones climáticas y las necesidades de los mismos animales.

Pero al carecer de concha usan otro tipo de mecanismos de protección, entre los cuales se incluyen liberar sustancias que resultan toxicas y letales para el animal que los come. También debido a estas toxinas pueden resultar incomibles por los depredadores.

Esta variedad de caracoles obtienen su veneno alimentándose de esponjas y cnidarios incorporando sus sustancias toxicas en el organismo. Su sistema de dientes, o rádula, esta modificado para lanzar dardos venenosos a sus enemigos, capaces de paralizarlos.

También pueden usar medios como la mimetización, adquiriendo la forma y el color del ambiente que los rodea, logrando confundirse incluso con arrecifes de coral. Por otro lado pueden ser aposematicos, que es la condición en la que sus colores son llamativos para advertir a los demás animales que son venenosos.

Comportamiento de los caracoles.

Es muy común que los caracoles formen grupos en los que habitan individuos de la misma talla y edad distribuyéndose en el hábitat. En los pastos marinos se reúnen los juveniles, los pre-adultos se establecen en los arenales mientras que los adultos prefieren las pedacerias de coral pero pasan a arenales en la época reproductiva.

Cuando se acerca el invierno, muchas especies llevan a cabo la hibernación. Para lograr un descanso eficaz se retraen en su concha y la sellan con el opérculo. Existen caracoles que se reúnen en un grupo grande para hibernar todos juntos, mientras que otros prefieren enterrarse en el suelo.

Reproducción de los caracoles.

Mira detalladamente el proceso de desarrollo de los caracoles.

Alcanzan la madurez sexual llegados a los tres años y medio, cuando lo organismos comienzan a formar agregaciones.

El desove se lleva a cabo especialmente en meses cálidos, donde se pueden ver a las parejas de los caracoles copulando, pero existen lugares en que la época de apareamiento se produce durante todo el año.

La reproducción de los caracoles puede variar según la especie. En algunos casos la fecundación puede llevarse a cabo al entrecruzarse los ejemplares o pueden liberar los gametos al agua para su posterior cruce, generando masas de huevos o larvas.

Existen casos de caracoles que pueden cambiar de sexo, fenómeno llamado protandria, ser hermafrodita, con ambos sexos y producir una autofecundación.

En las especies que tienen un proceso de fecundación interno, después de haber pasado tres semanas la hembra crea un largo tubo protector donde puede albergar entre 300 mil a 600 mil huevos que después expulsan para que se desarrollen. Cada hembra puede tener dos o tres puestas en el transcurso de un mes.

Pasados cinco días los huevos eclosionan dando lugar a una larva que lleva por nombre Véliger con una longitud de 200 micas y nadando libremente.

Luego de 30 días, las larvas comenzaran un proceso de metamorfosis donde darán origen a un caracol joven y se asentaran en el fondo del mar; tendrán una longitud de dos milímetros de longitud.

Al cabo de un año, los caracoles pueden medir 14 centímetros y al llegar a los tres años comenzaran a formar el labio, que será señal de su madurez sexual.

Alimentación de los caracoles.

Poco a poco los caracoles se van alimentando.

Existen caracoles que en estado larvario pueden vivir en el plancton, comiendo de él y viviendo libremente por la superficie del océano. Pero hay otros que viven del plancton solo mientras están en estado larvario para posteriormente asentarse en el fondo del mar o fijarse en la franja litoral por encima de las rocas.

Por esta misma razón su alimentación puede variar teniendo algunos una ingesta de algas marinas, mientras otros se caracterizan por ser raspadoras microfagos, es decir, para poder comer la microflora se pegan a las rocas. Los hay carnívoros, devoradores de otros moluscos como almejas.

Muchos caracoles son carroñeros basando su dieta en organismos pequeños en descomposición. De esta manera se constituyen como animales imprescindibles, con un lugar importante para equilibro del ecosistema del mar.

Diferentes tipos de caracoles.

Existen unas 55000 especies de caracoles que han sido capaces de adaptarse para vivir en ambiente de agua dulce o salada, lo que los ha hecho muy abundantes en todo el mundo.

Estas especies se pueden dividir en tres grandes grupos según el orden al que pertenecen.

Mira la forma de enterrarse de los caracoles.

El orden Archaeogastropoda.

Este tipo de especie se caracteriza por tener un sistema nervioso poco concentrado, por lo que sus pedios tienen una forma alargada simulando cordones ganglionares, por lo que los ganglios cerebrales están separados los unos de los otros pero a su vez relacionados por una larga comisura.

El osfradio, que son órganos olfativos, está poco desarrollado, por lo que ubica su alimento de manera sensorial. La rádula presenta forma ripidoglossa, caracterizándose por presentar múltiples dientes centrales que se encuentran como una hilera.

Las branquias o agallas se presentan en forma bipectinadas, es decir, en forma de antenas que están libres en ambos extremos, sin embargo la derecha puede estar reducida incluso no presentarse.

No posee órganos accesorios en el aparato sexual, desembocando generalmente en el riñón derecho, por el cual son expulsados al agua para el proceso de fecundación.

Los caracoles de este orden tienen conchas en forma de turbina, cónicas, globosas o con forma pateliforme, de un tamaño que varía entre mediano y pequeño. Generalmente son herbívoros.

El orden Mesogastropoda.

Esta especie de caracoles se caracteriza por tener un sistema nervioso concentrado, sin presentar comisura labial.

Tiene un solo aparato olfativo y el corazón tiene una sola aurícula. Las agallas están presentes en forma de una antena generalizada que está pegada al manto en toda su extensión.

A diferencia del orden anterior posee un solo nefridio, órgano excretor, que se abre por una hendidura para dejar salir los desechos, pero no se evacuan los gametos por este espacio. En los ejemplares hembra la glándula genital se presenta como un orificio, mientras que los machos tienen pene.

La concha de estos especímenes es frágil con una textura que recuerda a la porcelana. Tienen una espiral alta o con forma de torrecilla teniendo una columela lisa.

Aunque algunos caracoles se presentan en aguas dulces, la mayoría están en el mar. De igual forma son generalmente herbívoros, pero hay varios que son carnívoros o incluso parásitos.

El orden Neogastropoda.

Al igual que el orden anterior presentan un corazón con una aurícula, una sola branquia distribuida a lo largo del manto, un solo órgano excretor o nefridio y los sexos están separados en hembra y macho.

Como características propias de este orden se puede destacar la presencia de opérculo corneo en forma de espiral, mientras que el manto tiene un sifón que pasa por una ranura que está en la abertura de la concha, se denomina canal sifonal.

Su concha es fuerte y sólida con un tamaño grande. Además de esto su hábitat más habitual es el marino y su dieta es carnívora y carroñera.

La clasificación según la especie es más amplia, pero en este artículo destacaremos las más importantes.

Alvania cancellata.

Tiene una concha de entre cuatro a cinco milímetros de altura que es bastante dura y sólida, con una protoconcha, esta es la ubicada en la parte superior del caparazón de donde parte el origen de la forma, compuesta por tres vueltas. La teleconcha, es la extensión completa del caparazón, está compuesta por  cuatro vueltas convexas.

La composición de la protoconcha está basada en filas de espirales de gránulos finos que son pocos visibles aun en microscopio.

Presenta pequeñas púas en toda la superficie a la vez que tienen un tono amarillento formado por líneas transversales amarillas pálidas y blancas.

Suelen vivir en mares pocos profundos que abarcan desde las Islas Británicas llegando a Marruecos y el Mediterráneo.

Alvania carinata.

Los caracoles de esta especie tienen una concha que puede medir cinco milímetros de altura por 3 milímetros de ancho, con una forma ovalada. Cuentan entre 5 y 6 vueltas en forma de espiral, la última de ellas ocupando un tercio de la altura total. Generalmente posee un color blanquecino que se torna ligeramente amarillento.

En toda la superficie de la concha tiene una decoración que está formada por finas costillas además de estriaciones que juntas forman un patrón.

Suele vivir en aguas poco profundas escondiéndose entre algas o bajo algunas piedras grandes.

Alvania láctea.

Tiene una concha un poco más grande que los anteriores, siendo de 6 milímetros de alto por 4 milímetros de ancho. Suele ser semitransparente con un perfil convexo. Su espira es corta, entre 5 y 6  vueltas hinchadas, siendo la ultima la más grande.

Casi toda la superficie tiene una reticulación que es formada por celdas oblongas y alargadas, creando así unas costillas radiales y otras espirales.

La última vuelta es más grande, ocupando tres cuartos de la altura total de la concha, mientras que la apertura ocupa la mitad.

Es de color crema pero el ápice se diferencia por tener un ligero tono amarillo anaranjado.

Suele vivir entre las algas a pocos metros de la superficie abarcando desde las Islas del Canal llegando al Mediterráneo y Marruecos.

Bittium reticulatum.

Estos caracoles a diferencia de los casos anteriores presentan una concha más cónica y alargada que ocupa entre 10 a 12 vueltas de espirales siendo abombadas y con un ápice puntiagudo. La apertura tiene forma de ovalo.

Su color es pardusco pero los tubérculos y columela son más claros.

Habitan a una profundidad de 250 metros, donde existen algas y fondos blandos de las Islas Británicas pasando por Canarias y Mediterráneo.

Bolma rugosa.

Es de concha grande midiendo entre 5 y 6 centímetros de ancho por el mismo alto. Es bastante sólida y pesada con 7 espirales abultadas y esculpidas, teniendo en la parte superior series de espinas gruesas con textura rugosa. Su coloración es gris verdoso en el exterior y el borde de la columela es de tono naranja que resalta en toda la concha.

No es muy común y habita zonas rocosas donde se pueda camuflajear con algas e hidrozos, generalmente abarcando el Cantábrico al Mediterráneo.

Buccinum undatum.

Es de concha grande y pesada con 7 a 8 centímetros de altura, a la vez que tienen entre 7 a 8 vueltas espirales. Tienen una abertura grande, oval y con bordes lisos. Su color es entre blanco pálido a grisáceo.

Habitan en sustratos con arena, grava o incluso roca llegando a encontrarse hasta a 1200 metros bajo la superficie del mar.

Se diferencia por ser depredador o carroñero, alimentándose de bivalvos o gusanos pequeños. Los sexos de esta especie de caracoles están separados, es decir, hay hembras y machos. Pueden llegar a vivir hasta 10 años.

Habitan los mares que recorren desde el norte de Noruega hasta el Cantábrico.

Calliostoma zizyphinum.

A diferencia de las anteriores especies de caracoles su concha es cónica midiendo solo 2,5 centímetros de alto con igual anchura, teniendo el ápice puntiagudo y los lados rectos.

El caparazón está compuesto por 9 espirales relativamente aplanadas y un poco estriadas con una apertura ovalada.

Tienen diferentes tonos pasando por  colores como gris, amarillo, lila pálido, con algunos moteados de color rojo, pardo o purpura.

Pueden habitar desde los límites de la marea hasta pocas profundidades de 100 metros asentándose sobre rocas para alimentarse de algas.

Se distribuyen desde el sur de Noruega llegando a las Canarias y el Mediterráneo.

Calyptraea chinensis.

Su nombre tiene origen en su semejanza a un gorro chino, llegando a medir entre 15 a 20 milímetros de alto por 5 milímetros de ancho. El interior tiene un repliegue mientras que la superficie externa tiene estrías de crecimiento que se marcan bastante. La apertura es redonda.

Su coloración pasa por tonos blancos, rosado, pardo e incluso algunas veces con tonos azulados.

Suele encontrarse bastante fácil en las superficies, pues no habita a más de 20 metros de profundidad estando asentado sobre piedras y conchas.

Su distribución va desde las Islas Británicas hasta el Oeste de África.

Explotación de los caracoles por parte de los humanos.

Las conchas de los caracoles son usadas por los humanos en muchas industrias, en las que destacan la construcción por su gran aporte de cal, fabricación de artesanías para hacer botones. También pueden ser usadas para hacer cachas de pistolas o instrumentos musicales.

El nácar de la conca es usado generalmente en pomadas destinadas a mejorar las cicatrices de la piel o diversas manchas.

La mayoría de los caracoles son comestibles por lo que son un bien preciado en diversas cocinas internacionales, principalmente la francesa.

Para preparar los caracoles, es necesario un proceso largo, donde el primer paso que se debe tomar es someter al animal a un ayuno que puede durar varios días o hasta dos semanas. El ayuno tiene como finalidad la limpieza interna de los caracoles ya que al no consumir alimentos se debilitan y no producen baba así como sueltan los excrementos sin la posibilidad de producir más.

Luego de esto son colocados en agua con sal o vinagre para que mueran. Se lavan y cepillan en esta agua para proceder a escaldarlos en agua hirviendo. Después se remueve la carne de la concha para poder quitarles las vísceras y lavarlos muy bien tanto la carne como la concha.

Cuando han sido correctamente limpiados se cuecen en un caldo de pollo para ser colocados nuevamente en sus respectivas conchas.

Al momento de servirlos se deben rellenar el orificio de las conchas con una mezcla de mantequilla, ajo y perejil picado pasándolo unos minutos por el horno para que la mantequilla se derrita ligeramente.

Actualmente se pueden conseguir en los comercios el relleno congelado o deshidratado mientras que las conchas se venden aparte. También existen empresas que los venden enlatados.

Existen muchas ventas de caracoles como comida que afectan su crecimiento poblacional.

En peligro de extinción.

La pesca indiscriminada y furtiva de los caracoles ha puesto a varias especies de este animal en un serio estado de desaparición, especialmente el caracol rosado.

Esta distribuido por el Caribe y es muy cotizado por su sabor, además de que su concha se aprovecha para ser usado como instrumento o materia prima en la elaboración de diversos productos.

Mira varios tipos de Caracoles.

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